Obras literarias

Antología que recoge las mejores obras del escritor Rafael Dieste, uno de los olvidados del 27 y uno de sus mejores narradores. Defensor a ultranza de la diversidad cultural y lingüística española, supo reconducir numerosas tensiones entre Galicia y España, América y España, lo popular y lo culto, la tradición y la vanguardia, el teatro, la pintura y la música. Libertad, diálogo e integración fueron los tres pilares de su pensamiento.
Darío Villanueva, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Santiago de Compostela, ha sido el encargado de seleccionar los textos para esta compilación y de prologar el volumen. En él se recupera lo principal del teatro de Dieste, Viaje y fin de Don Frontán y Duelo de máscaras; su poesía con Rojo farol amante; una selección de sus textos ensayístico-filosóficos del libro La vieja piel del mundo, así como Historias e invenciones de Félix Muriel, uno de los mejores libros de cuentos en español.
 

El escritor Rafel Dieste (Rianxo, 29 de enero de 1899-Santiago de Compostela, 15 de octubre de 1981) participó en múltiples iniciativas, sobre todo, periodísticas, vinculadas al resurgimiento cultural, político y social de Galicia.
En 1922 y 1923 participó en la guerra del Rif. De regreso a su tierra, se incorpora al diario Galicia,de donde pasará a la redacción de El Pueblo Gallego. Se mostró siempre partidario de la convivencia cultural y lingüística, lo que provocó su alejamiento del nacionalismo gallego de la época.
En 1926 inició su trayectoria como escritor publicando un libro de narraciones gallegas titulado Dos arquivos do trasno. Contos do monte e do mar (De los archivos del trasgo. Cuentos del monte y del mar).
En 1930 se traslada a vivir a Madrid. Colabora con las Misiones Pedagógicas del nuevo Estado republicano para educar al pueblo y llevar diversión a las aldeas más perdidas. En este marco conoce a Carmen Muñoz, entonces inspectora de Primera Enseñanza, con quien contraerá matrimonio.
En 1934, escribe en París su ensayo La vieja piel del mundo, una aproximación a la filología de la historia universal. En el primer semestre de 1935 disfruta con su esposa de su beca de estudios en Amberes y París.
Junto con Sánchez Barbudo y Juan Gil-Albert, funda la revista Hora de España, manifestación de la resistencia intelectual antifascista creada para defender el principio de libertad e independencia intelectual. En ella tuvieron cabida el ensayo, el verso, la crítica y algunas piezas teatrales.
Se exilia en febrero de 1939, tras la caída de Barcelona. Fue a parar inicialmente al campo de concentración de Saint-Cyprien, de donde consigue salir pronto para embarcarse con su esposa hacia Montevideo y fijar su residencia en Buenos Aires. La etapa del exilio comprenderá desde ese mismo año hasta 1961 y tendrá otros dos enclaves principales: Cambridge en Europa y Monterrey en México. Ejerce la docencia universitaria en la facultad de Humanidades de la Universidad de La Plata (1940 y 1959), en Cambridge (1950 y 1951) y en la sección de Humanidades del Instituto Tecnológico de Monterrey en México.
En estos años renueva su interés por la pintura y por la música, que ejecuta brillantemente al piano. Escribe varios ensayos sobre artistas gallegos que le dan pie para redactar en 1941 un Breve discurso acerca de la pintura con el ejemplo de un pintor.En 1943 escribirá una de sus obras fundamentales recogidas en este volumen: Historias e invenciones de Félix Muriel.
En agosto de 1961 los Dieste regresan definitivamente a España y se establecen en Rianxo y A Coruña.
En las décadas de los sesenta y setenta se ocupa de reunir su obra en gallego, al tiempo que prolonga en cierto modo sus «misiones pedagógicas» pronunciando conferencias por diversas localidades.
Con el éxito de crítica que obtiene la nueva edición de Historias e invenciones de Félix Muriel en 1974 se inicia el reconocimiento de su obra, a lo que contribuye asimismo la publicación en 1981 de su Teatro en dos volúmenes y de sus ensayos reunidos en El alma y el espejo.
En sus últimos años, volvió a dos de sus dedicaciones absorbentes: las matemáticas y el piano. Su última creación narrativa apareció póstumamente en 1985 bajo el título de La isla.